Para entender mejor cómo es el funcionamiento de una fotocélula, podemos señalar que se trata de un sistema que proyecta un haz infrarrojo, que al detectar la presencia de una persona u objeto emite una orden a la puerta automática para que se abra. Hablamos del sistema que suele emplearse en las puertas de garaje, para que una puerta que ha comenzado a cerrarse vuelva abrirse, permitiendo el acceso de coches y peatones. Según marca la normativa europea todas las puertas automáticas deben contar con fotocélulas de seguridad.

Este sistema es similar al que se emplea a los sistemas de movimiento, detectan la presencia de personas u objetos, por lo que envía una corriente eléctrica a la centralita del automatismo para que la puerta se abra o se detenga en función de cómo haya sido programada.

Desde Alullan te contamos cuáles son los principales tipos de fotocélula, clasificados principalmente en dos clases:

  1. Fotocélula de espejo: El aparato lanza la luz infrarroja y en el otro lado se coloca un pequeño espejo que devuelve el haz de luz a la fotocélula. En el momento en que este aparato no recibe la respuesta del espejo, entiende que hay un obstáculo y emite la orden para que la puerta se abra. Este sistema presenta un inconveniente, está pensado para espacios de interior, ya que la humedad podría causar problemas con el espejo y la devolución de la luz infrarroja.
  2. Fotocélula de emisor y receptor: Se coloca un emisor, que se encarga de enviar la señal infrarroja y, justo enfrente, un receptor que recibe la señal y crea el contacto de seguridad. Cuando la señal se ve interrumpida la puerta se abre. Al contrario que en el caso anterior, este sistema está especialmente pensando para espacios de exterior.

Las fotocélulas son un sistema obligatorio en todo tipo de puertas automatizadas. No es de extrañar, ya que este tipo de puertas supone un riesgo. Por ejemplo, en las viviendas unifamiliares no se suelen colocar estos aparatos, puesto que la puerta solamente se cerrará si se activa el mando. Sin embargo, existe un alto riesgo de accidentes, ya que puedes tocar el mando sin querer o se puede producir un cortocircuito en el sistema. Si la puerta se cierra de golpe ocasionará daños a tu vehículo, pero también podría alcanzar a una persona. En definitiva, se trata de un riesgo totalmente innecesario.

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